2025-08-29
“No queríamos hacer una película política, sino una película de personas”

El director Miguel Ángel Vivas Moreno presenta ‘La tregua’, una película inspirada en hechos reales que aborda el encuentro de republicanos y miembros de la División Azul en un gulag soviético, donde la supervivencia les obligó a dejar a un lado sus diferencias ideológicas. Charlamos con él sobre el origen del proyecto, la colaboración con Kazajistán y lo que supone estrenar su trabajo en el Festival de San Sebastián antes de su llegada a los cines el 10 de octubre.
Para quien no lo conozca, ¿qué nos cuenta ‘La tregua’?
‘La tregua’ nos cuenta la historia real de republicanos y nacionales españoles que terminaron en los gulags (campos de prisioneros de trabajo) rusos dos años después de finalizar la Guerra Civil española. La película habla de las relaciones que surgieron entre ellos, de los odios iniciales y de cómo, para sobrevivir allí, decidieron hacer una tregua ideológica. Lo interesante y fascinante es que, tras esa tregua, empezaron a darse cuenta de que tenían más cosas en común que diferencias, y de ahí surgieron amistades. En este mundo tan dividido y politizado en el que vivimos, creo que es muy necesario ver una película que nos recuerde que todos somos seres humanos y que nos unen más cosas de las que nos separan. O, al menos, eso me gustaría creer.
¿Cómo surgió la idea de crear ‘La tregua’?
La idea surge del productor César Benítez. Vio un documental sobre uno de estos gulags y sus presos españoles, y pensó: “Aquí hay una historia que merece ser contada”. Fue el primero en ver lo —desgraciadamente— actual que resulta este relato de bandos separados por ideologías. Se puso en contacto conmigo y me contó la idea. Hablamos largo y tendido sobre lo reparadora y necesaria que podría ser. Fue una historia que me cautivó al instante. Queríamos contarla y la contamos.
¿Qué te atrajo de esta historia sobre republicanos y miembros de la División Azul en un gulag soviético?
Lo actual y necesaria que es esta historia. También me interesaba mucho reflejar la vida en un gulag, algo de lo que se ha visto muy poco. Me pasé dos años investigando sobre los gulags y sobre la época. Era también una oportunidad para enfocar la historia desde un lado humanista y con un lenguaje de cine clásico. Quería alejarme del formato de ficción centrada únicamente en la trama. Para mí, el cine son historias y emociones por encima de todo lo demás.
¿Cómo fue la labor de reflejar los dos bandos españoles?
Desde el principio tuve claro que quería hacer una película humanista, en la que los personajes y sus historias estuvieran por encima de la trama. Trabajamos mucho con los actores, no solo en la construcción de sus personajes, sino también en la relación entre ellos. Mi idea era dejar una parte importante del rodaje a la improvisación, que pudieran sentir la película, el campo, la situación, y vivir las escenas desde lo humano. No queríamos hacer una película política, sino una película de personas.
¿Está inspirada en hechos históricos reales o nace de una premisa original?
Está inspirada en un contexto real, pero es una historia original.
Es una coproducción entre España y Kazajistán: ¿cómo se dio esta colaboración? ¿Qué aportó cada país al proyecto?
Tengo que alabar al productor César Benítez, que se fue a Kazajistán con la idea del proyecto y no volvió hasta haber conseguido una coproducción. Desde allí no solo aportaron apoyo económico, sino que, al ocurrir nuestra historia en ese país, nos regalaron todo su saber sobre la cultura kazaja. Me facilitaron libros de historia y de poesía traducidos al español. Tuve acceso directo a ellos para discutir y preguntar cualquier duda cultural. Lo que nos dieron fue verdad en la historia. Luego, como la película se rodó en España, toda la labor de producción propiamente dicha se llevó a cabo desde la productora de aquí, Plano a Plano.
Ahora participaréis con el film en el Festival de San Sebastián, ¿qué supone esto para el proyecto?
Siempre es un honor poder estrenar la película en uno de los mejores festivales del mundo. Lo veo como un regalo. Además, la película se rodó en el País Vasco, por lo que, de alguna manera, siento que se cierra un círculo.
¿Crees que participar aquí puede ayudar a abrir nuevas puertas en otros festivales, por ejemplo?
El timing de la película no ha sido el más adecuado, ya que queríamos estrenarla antes de terminar el año, y al acabarla en septiembre nos resulta imposible moverla por festivales antes del estreno. Pero siempre he pensado que las películas están vivas y encuentran su camino. No sé cuál será, pero estoy emocionado por ver adónde nos lleva esta película.
¿Qué recorrido realizaréis próximamente?
Ahora mismo nuestras fuerzas están concentradas en su estreno en salas, el 10 de octubre. Es una película de la que estamos muy orgullosos y tenemos todas las ganas del mundo de poder enseñarla.
Mirando a futuro, ¿tienes algún otro trabajo entre manos? ¿Nos puedes adelantar algo?
Este año ha sido muy difícil para mí por motivos personales y he necesitado desconectar de todo lo que no fuese la película. Ahora he empezado a escribir una comedia, algo que nunca había hecho y que me apetecía mucho. Solo puedo decir que no será la típica comedia a la que estamos acostumbrados.