2025-09-02
“Si ‘8’ se ve sin pensar, solo sintiendo, prende en lo más profundo”

Con una mirada poética y arriesgada, Julio Medem regresa al Festival de San Sebastián para presentar ‘8’ dentro de la sección Made in Spain. La película, que ya conquistó al público en Málaga y ha cosechado premios en festivales internacionales, propone un viaje de casi un siglo a través de las vidas de Octavio y Adela, dos personajes cuyos destinos se entrelazan mientras España atraviesa algunos de sus episodios más convulsos. Ocho planos secuencia marcan este recorrido íntimo y colectivo, en el que Medem reflexiona sobre “las dos Españas”, el peso de la memoria y la posibilidad utópica del perdón como salida a los fantasmas de la división. En esta entrevista, el cineasta nos habla del lenguaje singular de la obra, de su carga emocional y política, y de la esperanza que encierra su desenlace.
Para quienes todavía no la conocen, ¿qué nos cuenta ‘8’?
Cuenta los 90 años de vida de Octavio y Adela desde que nacen hasta que cumplen 90 años, en 8 planos secuencias, 8 ratos en continuidad y en forma de 8, mientras tras ellos transcurre España. Pero ‘8’, en su propuesta de lenguaje, osada, arriesgada y libre, es un poema trágico que comienza y progresa con versos de muerte, y termina con dos versos de amor.
¿Qué mensaje querías transmitir al público con esta película?
Primero, lo más íntimo; por el hecho de que los dos protagonistas nacen casi al mismo tiempo y en dos lugares muy próximos, se plantea que sus destinos, sin ellos saberlo, van a estar conectados y entrelazados de por vida. Luego está lo más amplio, social, político; Octavio y Adela, viven 90 años, y los 8 capítulos de la historia ocurren en 8 momentos decisivos de la historia de España, entre 1931 y 2021, pero de la España que le toca vivir a cada uno. Así el íntimo arco dramático de cada una de sus pequeñas vidas está conectado al gran arco dramático de su país, España.
A través de la relación entre Adela y Octavio, hablas de “las dos Españas”. ¿Cómo definirías esa representación a través de estos personajes?
Se evidencia el concepto de “las dos Españas” a partir del capítulo 2, en marzo de 1939, al final de la guerra civil española cuando Octavio y Adela, niños de 8 años que no se conocen, y cuyas familias pertenecen a uno de los dos bandos, pierden a su padre a manos de la familia del otro. A partir de aquí ‘8’ también puede verse como una reflexión emocional sobre el cainismo español.
El título es muy simbólico: ¿qué significa el ‘8’ en la historia que cuentas?
8 es la silueta que conecta, desde que nacen, los destinos de Adela y Octavio, en el sentido en que son dos bucles unidos por un cruce. Es decir, cada uno de los 8 capítulos, que puede empezar con Adela o con Octavio, mantiene a los dos protagonistas unidos por la silueta del 8, con un cruce hecho de azar, pero a la vez separados pues no se ven, tardan mucho en saber de la existencia del otro.
La película plantea la idea de una “ceremonia del perdón”. ¿Cómo relacionas esta ceremonia con la división histórica que reflejan los protagonistas?
La ceremonia del perdón ocurre al final del capítulo 7, tras un enfrentamiento violento entre hinchas del Madrid y del Barca, con una consecuencia de muerte para ambos. A partir de este segundo clímax del cainismo (el primero es en la Guerra civil) la historia, si tenemos en cuenta la realidad política de España, pareciera que debería caminar hacia un lugar de no retorno, a una nueva guerra, pero ‘8’ plantea “la ceremonia del perdón”. Saber pedir perdón al otro, y el otro debe saber perdonar. Evidentemente se trata de una utopía, con un claro mensaje político, atreverse con la idea de la conciliación.
‘8’ recorre casi un siglo de historia. ¿Cómo crees que han evolucionado esos fantasmas de la división en la sociedad española?
Durante la transición a la democracia pareció que los fantasmas del enfrentamiento, de la ancestral guerra entre hermanos españoles, se estaban difuminando, pero en los 90 fueron reactivándose, hasta que en la última década amenazan con lo peor. De ahí que en ‘8’ se plantee la utopía del perdón, que da paso a la historia de amor, tardía pero muy emocionante, entre Adela y Octavio. El mejor sentido y final para ‘8’.
El film se estrenó en Málaga y recibió el Premio del Público. ¿Cómo viviste esa acogida por parte del público?
Cuando presenté a la película en Málaga, pedí al público que apartara la cabeza de pensar, y se quedara con la cabeza de sentir, es decir, alejarse de las ideas, ideologías… y dejarse llevar sólo por las emociones. En el coloquio vi a la gente muy sobrecogida. Cuando me enteré del Premio de Público quise pensar que me habían hecho caso.
Ahora te preparas para presentarla en el Festival de San Sebastián. ¿Cómo recibiste la noticia y qué significa para ti mostrar tu película allí?
Va a ser una segunda oportunidad en España. En junio acompañé a ‘8’ en el Festival de Guadalajara, México, y de nuevo, tras la misma presentación que hice en Málaga, volví a ver al público muy emocionado. A finales de junio, en el pujante Festival de Cine Mediterráneo de Malta, donde obtuvo el premio al mejor guion y el Especial del Jurado, volví a experimentar la misma sensación; si ‘8’ se ve sin pensarla, sólo sintiéndola, que cada uno se haga íntimamente con la historia, es capaz de prender en lo más profundo en cualquier parte. Espero, estoy muy ilusionado, con que vuelva a pasar algo parecido en Donosti, en mi ciudad.
Mirando al futuro, ¿tienes algún proyecto en marcha que nos puedas adelantar?
Estoy preparando un proyecto muy ambicioso titulado ‘Jai alai’; la relación entre dos pelotaris vascos, padre e hijo, que fueron a jugar cesta punta en Miami en los años 70 y 80.